Francisco Boscán es un distinguido Contador Público venezolano, nacido en Maracaibo, Estado Zulia, el 25 de enero de 1954. Su vida ha estado dedicada a una trayectoria profesional marcada por una inquebrantable disciplina, constancia y una profunda ética de trabajo. A sus 71 años, Francisco desafía cualquier barrera, manteniendo una visión activa y adaptativa del mundo profesional y las nuevas tecnologías que lo acompañan.
Pese a crecer en una familia de médicos, Francisco no sentía inclinación por esa profesión; desde muy joven, su verdadera vocación era estudiar Derecho. Aunque preparó su biblioteca de libros para esa carrera, un encuentro fortuito con un colega durante sus Estudios Generales en la universidad, lo llevó a considerar la Contaduría.
–¿Cómo fue su niñez?¿Siempre pensó que iba a estudiar contaduría?
“Realmente no iba a estudiar contaduría. Desde niño, mi vocación siempre fue el Derecho, a pesar de que toda mi familia es de médicos; a mí nunca me gustó esa profesión. Al salir del liceo, mientras cursaba los Estudios Generales universitarios, un colega, me sugirió estudiar Contaduría.
Gracias al esfuerzo y al estudio, logré mis sueños y objetivos en esta carrera. He continuado en ella y, desde que me gradué, he mantenido una vida gremial activa, integrándome a diversos equipos de la Junta Directiva del colegio.”
Los valores que cimientan la vida de Francisco, son un claro reflejo de la profunda influencia de sus padres, a quienes considera sus primeros y más grandes maestros. De ellos aprendió la disciplina, la puntualidad, ética e incluso y el valor del ahorro, principios fundamentales que ha aplicado rigurosamente en su vida personal y profesional.
–¿Qué valores familiares han influido en su vida profesional?
“Bueno, primero que todo, soy católico, practicante. Segundo, mi madre, porque fue una mujer muy guerrera, siempre nos inculcó la constancia, la dedicación y más que todo la disciplina. Mi madre me dejó excelentes enseñanzas, igual que mi padre, más que todo lo que fue la disciplina, la puntualidad y sobre todo la ética.”
Su sólida formación académica se inició con la obtención de su grado de Licenciado en Contaduría Pública por la ilustre Universidad del Zulia (LUZ) en 1980. Posteriormente, enriqueció su conocimiento con estudios de postgrado en Finanzas en LUZ en los años (1993-1996), una Especialización Tributaria en la Universidad Rafael Urdaneta (2001) y una Maestría en Gerencia Tributaria en la Universidad Dr. Rafael Belloso Chacín (2003).
La carrera de Francisco Boscán se caracteriza por una profunda inmersión en el ámbito de la auditoría y la consultoría fiscal y financiera. Sus primeros años profesionales, desde 1984 hasta 1998, los dedicó a roles clave como Auditor Interno en importantes corporaciones como Plásticos del Lago, C.A. e Investigación y Desarrollo, C.A., en El Tablazo. Estas experiencias, que él describe como su «verdadera escuela», fueron fundamentales para forjar sus valores de profesionalismo, ética, puntualidad y, sobre todo, una disciplina rigurosa.
–¿Cuál fue su primer empleo como contador público? ¿Y qué aprendió de ese empleo?
“Fue como auditor interno en empresas mixtas del grupo Plásticos del Lago, en 1985. Nunca trabajé como contabilista. Siempre estuve en la parte de auditoría, incluso desde que estaba en el sexto semestre de la universidad”, recuerda. Esa empresa fue su verdadera escuela. “Allí aprendí valores, ética, profesionalismo, puntualidad y sobre todo disciplina. Teníamos normas para todo, incluso para ir al baño. Yo llegaba a las 7:30 a.m. de traje todos los días, excepto los viernes, que permitían sport. Fue una empresa muy organizada, sin política. Allí hice carrera por 14 años”.
Sin embargo, un hito trascendental en su vida profesional fue la realización de un sueño personal que anheló por mucho tiempo: la fundación de su propia firma. En 1997, registró León Boscán y Asociados, donde desde 1998 y hasta 2018, se desempeñó como Socio Principal Fundador y Audit Partner. En este rol, Francisco lideró la planificación y ejecución de auditorías financieras y fiscales externas, el diseño de programas de auditoría a medida, la elaboración de informes detallados y el seguimiento de proyectos especiales. Su experticia abarcó áreas complejas como la auditoría de fondos de ahorro, el trade en la compra y venta de certificaciones de retenciones de ISLR, recuperaciones de IVA, certificaciones de reintegros tributarios (CERTS) y Draw Back, consolidándose como un referente en el sector.
–¿Cumplió su meta profesional?
“Sí, antes de tener mi oficina empezamos en un cubículo alquilado. Teníamos cinco contabilidades. Luego fuimos creciendo y logramos tener hasta 120 clientes”, dice con orgullo. Su logro profesional más grande fue tener su propia oficina. “Era lo que soñaba desde que estaba en la escuela. Ver colegas con cubículos me hacía pensar: yo no quiero eso, yo quiero mi sede. Y lo logré gracias al ahorro. La diseñé como la soñé”.
El compromiso de Francisco con el aprendizaje continuo es evidente en su extensa lista de certificaciones y participaciones en seminarios y congresos a lo largo de su carrera, abarcando temas desde ISLR y auditoría interna hasta técnicas de optimización de costos, comunicación, NIIF y la Ley de Costos y Precios Justos. Fue, además, ponente en el IV Congreso de Contadores Públicos y Universidades Nacionales.
Más allá de su despacho, Francisco ha sido un miembro activo y comprometido con la comunidad contable venezolana. Ha fungido como Tesorero de la Asociación Zuliana de Profesionales Tributarios (AZPT), miembro activo del Comité de Impuestos del Colegio de Contadores Públicos del Estado Zulia, y miembro asistente del Comité de la Federación de Contadores Públicos de Venezuela. Su experiencia se extiende a la realización de experticias fiscales y financieras para diversas empresas, demostrando su profundo conocimiento en el campo de la contaduría.
Más allá de toda su experiencia profesional, Francisco tiene una rutina diaria donde se rige por la disciplina y el orden, valores que considera esenciales. Cada mañana, se levanta a las 5:00 a.m. para realizar su rutina que incluye caminatas, y a las 8:00 a.m. ya está en su oficina, listo para comenzar su jornada laboral. Más allá de su trabajo, dedica tiempo a fortalecer sus lazos profesionales y gremiales. Frecuentemente, asiste a reuniones con socios y colegas del gremio, visitando distintos cafés de la ciudad para intercambiar ideas y conocimientos.
–¿Cuál es su rutina diaria?
“Yo generalmente cocino. Hago mi desayuno en la casa y almuerzo y ceno también, pero los fines de semana, sábado y domingo, almuerzo en la calle”, cuenta. Uno de sus lugares favoritos es Vaca Mu, donde le gusta comer. Su día a día comienza temprano: prende su carro y se moviliza por la ciudad para reuniones, propuestas y encuentros profesionales. “Nos visitamos casi todos los cafés que hay en Maracaibo: Alfred, Mara Plus, Go 24 y Dolccisimo. Siempre voy dos o tres veces por semana allí, porque somos un grupo de amigos de la tercera edad, gente como yo. No son personas jóvenes. Los viernes hago vida gremial en el colegio. Vengo todos los viernes.” explica.
Francisco, valora profundamente las tradiciones familiares, las cuales se esfuerza por mantener a pesar de las distancias. Para él, celebraciones como los cumpleaños y las reuniones navideñas en diciembre son inquebrantables.
–¿Tiene alguna tradición familiar?
“Sí, siempre celebramos los cumpleaños y las reuniones de diciembre para hacer hallacas con la familia.” Francisco es profundamente apegado a su familia. “Tenía entre seis y siete años sin ver a mi hija que vive en Orlando, Florida. Mi hijo, que está en Dubái desde los 22 años, tiene más de diez años sin venir. Él se fue con la empresa Weatherford. Nos comunicamos por videollamadas, por WhatsApp”.
A pesar de la distancia, mantiene un fuerte vínculo con sus hijos; su hija reside en Estados Unidos (Orlando, Florida) y su hijo en Dubái desde los 22 años. Aunque no ha visto a su hijo en una década, la comunicación es constante a través de chats y videollamadas, demostrando la gran relación que tienen con ambos.
En el ámbito personal, Francisco es un católico practicante y un devoto de su natal Maracaibo, ciudad que, dicho por él mismo, -no cambiaría por nada-, disfrutando de sus playas, compartiendo parrillas y partidas de dominó con amigos. Es un fanático de los Yankees de Nueva York desde los ocho años, habiendo viajado en varias ocasiones para verlos jugar, aunque siempre regresa a su país tras breves vacaciones.
–¿Le gustaría tener un año sabático para vacacionar?
“Me quedo en mi Maracaibo querido. No cambio mi país por nada. Me gusta la playa, el dominó, el asado con los amigos. Puedo viajar, sí, pero solo 15 o 20 días. No me gusta ausentarme de mi país”.
Sobre el presente y el futuro profesional, Francisco es claro: “La inteligencia artificial lo va a cambiar todo. Ya lo está haciendo.” Y lo dice con conocimiento: ha utilizado herramientas como ChatGPT para buscar modelos de auditoría y hasta documentos legales. “Eso vino a revolucionar el mundo. Igual que los teléfonos inteligentes. Todo lo podéis hacer desde el celular. En dos años más ya ni existirá el teléfono como lo conocemos”.
–¿Y cuál es su recomendación para los jóvenes?
“Para los jóvenes y para los adultos que tenemos que adaptarnos a la nueva tecnología porque si no estamos ahogados, estamos muertos.” Admira profundamente estos avances. Su recomendación a los jóvenes es clara: “Tienen que adaptarse. El que no lo hace, no sobrevive. En todas las áreas. Todo ahora es tecnología. Pero también hay que saber de matemáticas, de lógica, porque la máquina solo te va a devolver lo que tú le das. Si le das errores, te da errores. Pero si le das calidad, te devuelve excelencia”.
Finalmente, al pedirle que se defina con tres palabras, Francisco no duda ni un segundo: “Disciplina, disciplina y disciplina. Sin disciplina no hay éxito. En el hogar, en la profesión, en el matrimonio, en las relaciones. Y eso aplica a todo: finanzas, hogar, trabajo, relaciones. La disciplina es la base del éxito. Puedes tener títulos, talento, pero si no tienes disciplina, vas a fracasar”.
Francisco Boscán personifica la excelencia y la disciplina constante como pilares fundamentales no solo en la contaduría pública, sino en todos los aspectos de la vida. Más allá de sus logros profesionales, su constante actualización y apertura a las nuevas tecnologías lo definen como un líder en el campo de la contaduría pública. La impresionante trayectoria de Francisco es un claro ejemplo de cómo una carrera se construye con propósito, disciplina, ética y actualización continua, la verdadera clave de todo éxito.